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Material de Apoyo Clase de Adultos: Apocalipsis

Elementos Introductorios del libro del Apocalipsis

ÉPOCA EN QUE FUE ESCRITO EL LIBRO DEL APOCALIPSIS

El libro del Apocalipsis fue escrito en una época en que dominaba el Imperio Roma-no. Podemos decir que Roma era la potencia bajo la que tenían que rendirse todos los pueblos y naciones de aquel tiempo. Desde la invasión de los griegos con Alejandro Magno, en el siglo III a.C., los pueblos de Oriente se veían sometidos a la cultura y religión de sus dominadores.

Concretamente, los cristianos, a finales del siglo I después de la muerte de Jesús y cuando ya había desaparecido también la primera generación cristiana, se vieron acosados, reprimidos y perseguidos, tanto por parte del judaísmo, como por las autoridades del Imperio; al mismo tiempo, sufrían el cansancio y el desánimo al interior de sus comunidades.

Es en estos finales del primer siglo en que se escribe el libro del Apocalipsis para consolar, alentar y animar a los cristianos, quienes clamaban como los hebreos en Egipto (Éx 3, 9), sólo que ahora en el interior de otro Imperio más poderoso que aquél: el Imperio Romano.

En el cronograma pueden apreciarse los acontecimientos sobresalientes durante el siglo primero, después de la muerte del Señor.

El cristianismo comenzó a difundirse y a extenderse rápidamente sin mayor problema, aunque también había persecuciones y martirios, como lo describe el libro de los Hechos de los Apóstoles. Sin embargo, aquello no impedía el desarrollo de la Iglesia. Pero, a partir del año 60, comienzan a matar a los apóstoles: primero a Santiago por el año 62; y, según diversas tradiciones, a Pedro y a Pablo entre los años 64 y 67.

En cuanto a la fecha precisa de la escritura del Apocalipsis, prevalece el criterio de que fue en tiempo del Emperador Domiciano, o sea, por el año 96 después de Cristo, ya que se asocia con la persecución encarnizada que él desató en contra de los cristianos.

También hay quienes piensan que se comenzó a escribir durante la persecución de Nerón, entre el año 64 y 68 d.C., y que posiblemente, se continuó en épocas posteriores, principalmente cuando arreció la persecución de Domiciano y los cristianos, sintiéndose perdidos en la historia y pensando que ésta estaba fuera del control divino, exclamaban: ¿Hasta cuándo, Señor, nos harás justicia? (6, 10).

EL IMPERIO ROMANO.

En el ambiente del Imperio Romano, formado por muchos pueblos conquistados y dominados, había también millones de esclavos. El Imperio era inmenso, más de 60 millones de personas. Dentro de la llamada Pax romana, había muchas guerras: unas, por rebeliones y levantamientos de pueblos ya conquistados; otras, por nuevas conquistas, pues los romanos querían siempre extender su Imperio cada vez más, y otras por divisiones y luchas internas entre los mismos romanos, para lograr la permanencia en el poder.

El problema mayor era la exaltación del emperador, el cual era considerado como señor del mundo. Los cristianos padecían y eran perseguidos por predicar la Palabra de Dios y por dar testimonio de su fe. Todos los ciudadanos de¬bían participar en el culto oficial, proclamando al Emperador y a todas las divinidades del Imperio; así que, venerarlo, significaba un reconocimiento y aceptación de aquel régimen deshumanizante, que obligaba a someterse tanto en el plano religioso, como a nivel ideológico, económico y político. Los cristianos tenían que elegir uno de los dos bandos: o el del Imperio, postrándose ante el emperador; o el de seguir firmes en su fe, con todas sus consecuencias.

EL AUTOR DEL APOCALIPSIS

Juan es el autor del último libro de la Biblia, el Apocalipsis. Sin embargo, nadie sabe exactamente quién es este Juan; hay una variedad de opiniones sobre su persona. Se ha pensado en Juan, el discípulo del Señor, o que puede ser un discípulo del apóstol Juan. También se cree que es un cristiano animador de las comunidades del Asia Menor, o miembro de alguna de aquellas escuelas o comunidades formadas por el mismo apóstol, que bebieron el cristianismo en la misma fuente.

Por otra parte, es interesante recordar que en aquellos tiempos era muy común –al publicar un escrito– recurrir a la pseudonimia; esto es, asignar la obra a otra persona de renombre, para que la publicación tuviera mayor aceptación.

Lo más importante consiste en dar crédito a la presentación que el autor hace de sí mismo. No se da el título de apóstol, pero sí el de “hermano y compañero en la tribulación” (1, 9). Juan debió ser una persona muy conocida entre las comunidades de Asia Menor. Él mismo se encuentra desterrado en la Isla de Patmos y perseguido a causa de su fe, sufriendo igual que otros muchos de sus hermanos. Juan también tiene en cuenta que su mensaje es una profecía que comunica a los cristianos de parte de Dios (1, 3; 22, 6-8).

Dicha profecía no está relacionada con el final de los tiempos, claramente lo dice al principio: “el momento decisivo está cerca” (1, 3); por eso, impacta a los miembros de las comunidades y a la sociedad en que se movía el profeta. Pero es un profeta que viene a consolar y a transmitir esperanza, porque presenta a Jesús como Señor de la historia, lo contrario de lo que el Imperio pregona: el emperador es el único señor.

LA LITERATURA APOCALÍPTICA

El Apocalipsis de Juan, por el estilo literario que emplea, forma parte de un movimiento que se denomina apocalíptico, y que se ubica dentro de un contexto amplio que va desde los años 167-164 a.C., en la época de los Macabeos –cuando se es-cribe el libro de Daniel–, hasta finales del primer siglo de la Era cristiana, por los años 96-100 en que se escribe el Apocalipsis.

FORMACIÓN DEL TEXTO

Los estudiosos y especialistas de este libro, distinguen tres etapas en la formación del Apocalipsis.

Primera etapa. Juan hizo una primera lectura de los acontecimientos y la presenta por medio de los capítulos 4 al 11. Quiere que las comunidades se sitúen en la historia y reconozcan que están viviendo un nuevo éxodo. Como en Egipto, ahora viven esclavizados y, además, perseguidos. Ellos deben ser ahora los protagonistas de una nueva liberación. Pero, para lograrlo, Juan les ayuda a hacer un discernimiento y a tomar conciencia sobre lo que está sucediendo.

Segunda etapa. Capítulos 12 al 22, 5: Segunda lectura de los acontecimientos. Al aumentar la represión y las persecuciones, Juan alargó el libro y escribió estos capítulos porque se presentaron nuevas situaciones que requerían de nuevas respuestas. Juan en esta segunda parte presenta la Buena Noticia como juicio y condenación para los opresores del pueblo.

Otro instrumento usado por el Apocalipsis es dividir la historia en etapas y presentar como futuro lo que ya pertenece al pasado. En esta segunda parte, Juan ve el futuro y escribe, primero, las cosas que ya sucedieron entre los años 33 y 95 (12, 13-17); enseguida describe lo que está sucediendo en el año 95 (13, 1–14, 5) y, finalmente, descifra lo que sucederá a partir del 95 hasta el término de la historia (14, 14–22, 5): la derrota de las fuerzas del mal.

Tercera etapa. Por último, se elaboraron los capítulos introductorios (1–3) y los últimos versículos del capítulo 22, del 6 al 21. Tanto entre los primeros capítulos del libro, como al final, existe una perfecta correspondencia, porque sitúan la lectura de los acontecimientos, que comprende desde el capítulo 4 al capítulo 22, 5.

Los destinatarios del libro deben ubicarse en el tiempo presente y deben saber interpretarlo como un momento especial –kairós– de resistencia y de lucha, haciendo frente a las situaciones en fidelidad y con esperanza, para que reconozcan que Cristo está presente en el mundo y en la comunidad atribulada, que grita constantemente: ¡Ven, señor, Jesús! o el Señor viene (Maranatha).

LECCIÓN 1_ Apocalipsis 1

LECCIÓN 2: Siete consejos acerca de como leer el Apocalipsis

LECCIÓN 3: Apocalipsis La fe en medio de las crisis

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