Nuestra muy estimada labor evangelística y de servicio en la historia de nuestra amada Iglesia Metodista de Chile, siendo muchas veces un real apoyo a la tarea pastoral y al sostenimiento de la vida cúltica y devocional en nuestras congregaciones; nuestro innegable aporte a la formación de nuestros niños y niñas en el pasado, que ahora lideran la marcha de nuestra querida Iglesia; nuestra incondicional consagración a la tarea de ella y el avance de la Obra en nuestro País, nos llena de orgullo y gozo en el Señor Jesús para referirnos con valentía ante las vivencias de muchas mujeres que han sido atropelladas y silenciada ante la sociedad actual.
Queremos dar apoyo a nuestras hermanas Mapuches, en la Región de la Araucanía, que se han visto sometidas a la violencia de las fuerzas que se enfrentan en la Zona por la lucha de sus tierras ancestrales, a jóvenes madres solteras ofendidas y maltratadas en las ciudades, a las miles de mujeres que se han visto desafiadas por seguir la vida por sus hijos e hijas, solas y desamparadas, trabajando en condiciones difíciles, según el mercado laboral que las obliga a emplearse en “lo que sea”, a las jóvenes mujeres que sufren las distintas formas de violencia de parte de otros jóvenes varones sin valores y consideraciones. A todas ellas, por su valentía de seguir adelante, a pesar de los inconvenientes, por su fragilidad y sensibilidad propia de ser mujeres, incomprendidas y olvidadas, les queremos abrazar y bendecir en el nombre de Jesús, quien es vida y vida abundante, que es justicia y Rey Soberano de las vidas de todos los habitantes de esta Tierra, les queremos consolar con el consuelo y paz que sólo Cristo puede dar, deseamos darles nuestras manos que le ayuden a ponerse en pie y mirar con alegría la vida.
No deseamos ver nuevos casos de violencia contra las mujeres, nuestro compromiso es con la vida y la felicidad de ellas, que sean parte de este mundo que Dios nos dejó para compartir en paz. No deseamos sufrir junto a sus familias nuevos casos como los de Nabila, Fabiola, Nataly, Antonia o Ámbar, que son signos de maldad y distorsión del valor cristiano más importante: Amar al Prójimo. Hacemos un llamado a los gobernantes y autoridades de justicia, a toda la sociedad chilena, que procuren el bien de todos y la sana convivencia entre chilenos. Pedimos a las Iglesias, que representan la Voz del Dios Supremo, sigan anunciando el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo para ofrecer esperanzas a este mundo deprimido y desesperanzado.
Llamamos a la Hermandad Metodista, especialmente a nuestras Mujeres Obreras de Cristo, unirse en oración por todas y todos quienes sufren y son víctimas del desprecio de nuestra sociedad, por quienes no pueden sobrellevar la soledad y desamparo y sólo pueden pasar sus días en medio de la desigualdad e injusticias. Oremos por la familia chilena y nuestras autoridades, para que Dios ilumine sus mentes y corazones, permitiendo que la Justicia de Dios impere, antes que la justicia de los hombres. Con amor cristiano y fervor metodista, en el nombre de Jesús.
KATHERINE SAMPSON FUENTES
Presidenta Federación Femenina Iglesia Metodista de Chile
San Bernardo, Agosto 06 del 2020