En el día de las vocaciones ministeriales, nos remontamos al llamado que Dios hace al profeta Isaias, quien al escuchar la voz, por medio del Señor, que decía: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?” responde con las palabras: “Heme aquí; envíame a mí.”
Al reflexionar profundamente, acerca de este urgente llamado de Dios a Isaías, el cual es un tratado para nuestra propia época, nuestros pensamiento nos llevan al pasado a recordar los mucho siervos del Señor, quienes respondiendo a esta voz, dedicaron sus vidas al ministerio pastoral. Servidores de gran inspiración, que han partido a la presencia del Señor. Obreros extraordinarios, no perfectos, que ayudaron a predicar la fe en Jesús en su tiempo, transmitiendo el amor, el perdón y la gracia de Dios en Cristo. Cada uno de ellos dejó sus huellas en nuestra querida Iglesia Metodista de Chile. Ausencias que hoy se sienten agudamente. La gran pregunta y preocupación que se presenta en estos momentos es: ¿Quién los remplazará? El seguir guiando a las nuevas generaciones a responder al llamado a servir es una tarea esencial de la iglesia de hoy. Es por eso que la invitación a la juventud a dedicar sus vidas al servicio del Evangelio debe ser acompañado por un compromiso de las congregaciones a encaminar, animar, motivar e invertir en los nuevos servidores que sientan el llamado a trabajar en la obra de Cristo.
El Apóstol Pablo expresa en el libro de Romanos 12:1 las siguientes palabras: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios.” Los ejemplo de valentía y dedicación de los pastores que han partido y que “presentaron sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios”, son estímulo para aquellos que oran en busca de claridad y orientación. Jóvenes que buscan cómo responder a la voz del llamado de Dios y confiar lo suficiente como para dar el siguiente paso en la fe. Ahora es nuestra responsabilidad, aquellos que aún estamos en este lado del Reino de Dios, a responder y encaminar a los que vendrán después de nosotros.
Es por eso que estas palabras son dirigidas tanto a la juventud como también a la Iglesia. Un llamado a los jóvenes a enfrentar los desafíos, cruzar los obstáculos, derribar barreras, y discernir la voz del Señor en aquellos momentos decisivos de la vida, respondiendo: “Heme aquí; envíame a mí”. Finalmente, una exhortación a la iglesia a dirigir su mirada hacia la juventud, aconsejando, guiando, equipando y finalmente, invirtiendo recursos humanos y financieros, los cuales permita, a las nuevas generaciones, explorar el camino al servicio a Dios.
Que este mes, en el cual celebramos las Vocaciones Ministeriales, podamos en unidad, congregaciones y líderes, comprometernos a escuchar y responder a la voz de Dios.
Revdo. José S. Pulgar
Agradecemos al pastor Pulgar por su desafiante carta. Actualmente el pastor José Santos vive en la ciudad de Nueva Imperial junto a su esposa, desde ahí continúa realizando una labor pastoral de acompañamiento.
Dios les bendiga
Iglesia Metodista de Chile
“Comprometidos con la esperanza de un mundo nuevo”