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La Reforma Protestante

Se conoce como Reforma Protestante, o simplemente la Reforma, al movimiento religioso, iniciado en Alemania en el siglo XVI por Martín Lutero, que llevó a un cisma dentro de la Iglesia para dar origen a numerosas iglesias definidas como “protestantes”.

La Reforma tuvo su origen en las críticas y propuestas con las que, diversos religiosos, pensadores y políticos europeos, buscaron provocar un cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia, además de negar la jurisdicción del papa sobre toda la cristiandad. El movimiento recibirá posteriormente el nombre de “Reforma protestante”, por su intención inicial de reformar el catolicismo con el fin de retornar a un cristianismo primitivo.
Este movimiento comenzó con la predicación del sacerdote agustino Martín Lutero, que revisó la doctrina de la Iglesia según el criterio de su conformidad a las Sagradas Escrituras. En particular, rechazó la teología sacramental, que, según Lutero, permitía y justificaba prácticas como la «venta de indulgencias», un  secuestro del Evangelio, el cual debía ser predicado libremente, y no vendido.

La Reforma Protestante se inició en Alemania y se explica en gran parte por las condiciones económicas y sociales que tenía el Sacro Imperio Romano Germánico.
Numerosas ciudades eran ricas gracias al comercio, además los burgueses eran partidarios del humanismo y de reformar la corrupción de la Iglesia. Pero el grupo más importante en Alemania era la alta nobleza; los grandes nobles eran casi independientes y señores de numerosas tierras y los campesinos, siempre estaban conspirando contra la autoridad del emperador germánico, que apenas tenía poder sobre ellos. Pero junto a la alta nobleza existía una pequeña nobleza formada por los nobles más pobres y los segundones de las grandes casas nobiliarias.

A principios del siglo XV, esta pequeña nobleza estaba completamente arruinada y para recuperar sus ingresos, los pequeños nobles buscaban una oportunidad para apoderarse de los bienes y las improductivas tierras de la Iglesia.

La pequeña nobleza aprovechó las ideas de los humanistas, que criticaban las excesivas riquezas, pompas y lujos de la Iglesia, para proclamar que ella no tenía necesidad de propiedades e intentar apropiarse de sus cuantiosas riquezas. Por esta razón, la pequeña nobleza será la primera en apoyar y aprovechar las convulsiones reformadoras. Los principales exponentes de la Reforma protestante fueron Martín Lutero, Juan Calvino, Ulrico Zuinglio, Menno Simons, Thomas Müntzer, entre otros y otras.

Al principio, la Iglesia no dio demasiada importancia a las ideas de Lutero, ni a sus ataques contra la doctrina de salvación por las obras, pero muy pronto tuvo que reaccionar ante las noticias que llegaban de Alemania, de que gran parte de la gente estaba desafiando la autoridad del papa.

Lutero continuó atacando las indulgencias y la doctrina que sustentaba tal práctica mediante escritos que la imprenta difundía por toda Alemania.
Lutero hacía un llamado a la nobleza alemana para que negase obediencia al papa y apoyase la formación de una Iglesia alemana; afirmaba también que, de acuerdo a la Biblia, todos los cristianos eran sacerdotes sin necesidad de ninguna ordenación especial y negaba la jurisdicción suprema del papa sobre la cristiandad universal.
Lutero criticaba así mismo los sacramentos de la Doctrina de la Iglesia, reduciéndolos a solo dos, que él pensaba eran bíblicamente fundamentados. Esto iba más allá de la doctrina de la salvación por la fe y suponía una auténtica amenaza para el catolicismo.
Finalmente, el papa declaró a Lutero un hereje y lo excomulgó, es decir, lo declaró separado de la comunidad de la Iglesia católica.
El protestantismo ha llegado a constituir la segunda gran rama del cristianismo, con un grupo de fieles que actualmente supera los 900 millones.
“Yo predico como si Cristo fuese crucificado ayer, resucitó hoy y fuese a volver mañana”.
Martin Lutero
Rev. Ricardo Rojas Aguayo
Superintendente Distrito Norte