AGOSTO: MES DE LA FEDERACIÓN FEMENINA
EDITORIAL
Guerreras de Dios
Dios nos concede día a día la posibilidad de mostrar Su inmenso amor y misericordia en medio de nuestro entorno. Ha puesto en nuestras manos desafíos y responsabilidades, muchos compromisos y tareas que nos parecen difíciles de cumplir, aún con enfermedades y dificultades. Lo maravilloso de todo, es que contamos con Dios a nuestro lado. La duda y desconfianza emergen como un enemigo, es cuando nuestra principal arma para hacer frente a la vida y a nuestra tarea de obreras del Señor se debe sacar y recordar que “somos mujeres escogidas para proclamar el Reino de Dios”. Esa elección constituye nuestro principal recurso para empoderarnos cada día de nuestro rol esencial en la Iglesia que servimos.
En el pasado mes de Abril llegó a mis manos el versículo bíblico “Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen” (Éxodo 14:15), lo que me hizo reflexionar sobre las difíciles e importantes responsabilidades que Dios había puesto en mis manos. La respuesta estaba en la obediencia de mi parte y en la seguridad de la cobertura soberana de Dios en mí. Esto ha sido muy útil para llamarles a todas a seguir en esta senda de servir en el Reino de Dios, para visitar, predicar, orar, servir, contando con la potente armadura de Dios en nuestras Iglesia y en el entorno que Él nos ha puesto. El Señor cuenta con mujeres llenas de amor, misericordia, compasión, comprensión y sabiduría, mujeres llenas de valentía y arrojo, de caridad y amantes de la justicia.
La Palabra de Dios, como “Espada de la Fe” constituye el sello de nuestros actos, que permanentemente nos inducen a “marchar” y seguir sin temor, que Dios mismo va con nosotras, que debemos cruzar vallas, muros y fronteras que se asoman en nuestro frente, que muchas veces nos hacen retroceder y olvidar que somos las guerreras que Dios ha elegido para la conquista de un mundo mejor. El tiempo que escribo esto es Pentecostés, tiempo para llenarse de la fuerza que nos da autoridad frente al enemigo, fuerza de Dios que es imparable y poderosa, para las duras batallas de la vida, Su Espíritu Santo sea con ustedes, guerreras de Dios.
En el mes de Agosto próximo, nuestra Federación Femenina hará recuerdos de muchas otras guerreras que han estado en la batalla, que han entregado sus vidas para que sus familias, amigos y la sociedad se puedan favorecer del maravilloso Evangelio de Amor que Jesús, nuestro buen Salvador, nos dejara como tarea principal para cumplir. Es Él quien nos dice: “Marchen, vayan y hagan en mi nombre”, contamos con Su presencia y Su poder. Bendiciones para todas las hermanas que son parte de esta tarea, “Bienaventuradas”, somos Hijas de Dios.
Katherine Sampson Fuentes
Presidenta Nacional Federación Femenina
Iglesia Metodista de Chile